everyday counts

miércoles, 29 de febrero de 2012

Here I am, once again

Tenía muchas ganas de volver por aquí y la razón por la que no lo he hecho hasta hoy ha sido porque no encontraba el momento idóneo. Bueno, sólo prometo empezar a ser asidua a este blog, que escribir no sólo ayuda en momentos de bajón.

Cosas que contar, muchas... El problema está siempre en poner un órden, como en todo en esta vida. Pero empecemos con lo primero que nos invada:

Si ahora mismo me preguntara a mí misma cómo me siento, la respuesta sería feliz. No he tenido un día envidiable, nada de grandes historias, sinó más bien la misma rutina de siempre. Seguro que mi día es tan similar a muchos de los vuestros. Pero, ¿y qué?
Todo el mundo ha oído lo de "los pequeños detalles son los que cuentan", ¿me equivoco? Oh, sí, y lo son, y esa frase tiene mucha razón. Hasta aquí coincido con el populacho, pero cuántos de nosotros la utilizamos como base de nuestra filosofia? De nuestra forma de entender la vida? Podeis decirme cuantos de vosotros la lleva a la práctica? Es entonces cuando te das cuenta de lo poco coherentes que llegamos a ser los humanos. Pensar una cosa y hacer justo lo contrario. ¿Y eso por qué?

Es sencillo, pero complejo a la vez. Como tantas cosas, necesitamos esfuerzo, entusiasmo, ganas de aprender a vivir de forma positiva. Yo tengo el deseo de mejorar día a día, de ser un ejemplo a seguir en la forma de tomarse la vida. El problema está cuando algo no sale como andaba previsto, cuando se rompen los esquemas. Eso nos pone tristes y hace que nos olvidemos de lo que verdaderamente importa. ¿Alguien se atreve a afirmar que todo por lo que nos preocupamos es realmente relevante? Yo sólo remarco que le damos más relevancia a todo lo negativo, que permitimos que reste importancia a todo aquello que nos hizo sonreír, y que lo que realmente trasciende es el amor verdadero de tus familiares, amigo o pareja; la salut, el trabajo y poco, muy poco más.

Así que hoy dos gracias por simples cosas, por gestos pequeños de dimensión enorme. Dejo de ser filosófica para ser práctica y recordarme mi día:

- Me encanta que llame mi abuela preguntando por dónde ando, que hay meollo en las manis, que si he llegado a casa. Tenía clase, pero gracias por llamar preocupada y pensar en mí.
- Sentirme orgullosa por completar muy satisfactoriamente un ejercicio de nivel advanced o por abrir esto y sonreír mientras escribo.

Mañana más!

No hay comentarios:

Publicar un comentario